La urgencia de reformas que se desprende de las necesidades actuales de Hispanoamérica nos obliga a analizar las transformaciones que ya tuvieron lugar al respecto, puesto que pueden servirnos como directrices para el futuro. Del desenvolvimiento general de las vicisitudes que les acompañaban se puede, además, como decía Cervantes, sacar “algún ejemplo provechoso”.
De los varios países hispanoamericanos que emprendieron reformas, México es el único donde la revolución del siglo xx ha constituido el mayor intento de mejoramiento de vida de las masas. Aunque sus resultados no son finales, la palabra “revolución”, ha perdido en el suelo mexicano su sentido original. Se ha convertido en un sinónimo de progreso social y sobre todo, agrario.